UN PROYECTO DE DIOS...
Entre los Institutos fundados por el Beato Alberione, una novedad lo constituye el de la Santa Familia. Es una nueva forma de vida consagrada en la Iglesia.
El Beato Alberione buscaba transformar la familia desde adentro. Por eso invita a buscar la santidad a cónyuges que deseen alcanzarla -por otra parte, meta de todo cristiano- a través de la espiritualidad paulino-alberoniana, que él ofreció a la Iglesia en el mundo de la comunicación. Esposos que desean de lleno integrarse a la vida de la Iglesia con el ansia de Pablo: comunicar el Evangelio a los alejados, a los que normalmente no asisten a la Iglesia, a los que nadie llega con el mensaje de salvación. Estando en el mundo con su problemática de crecimiento, necesidades, obligaciones, propuestas, compromisos, es una ocasión formidable para aunar esfuerzos incluso con los demás miembros de la propia familia.
Los compromisos son los mismos de la vida consagrada pero de modo conyugal: vividos como pareja que desea entregar a Dios sus dones de mente, voluntad y corazón. Todo en un proceso de formación, celebración y misión que tiene sus etapas hasta llegar al compromiso final, definitivo. Identificándose al Maestro integralmente vivido, dando al mundo a Jesús como María, y con el celo inagotable e impensable de Pablo.
Comparten la espiritualidad y el apostolado de la Familia Paulina trabajando para cumplir nuestra misión sobre todo con la presencia cristiana de evangelización en la familia, y de referencia en la comunidad eclesial y en la sociedad.